Alberto Pina y Andrés Barba se conocieron en Roma, en la cima del monte Gianicolo y junto al monumento a Garibaldi en enero de 2003, año en que los dos fueron becarios (de artes plásticas y de literatura respectivamente) de la Academia de España. El cañón de Garibaldi ediciones es el fruto de ese encuentro y de largos años de amistad, conversaciones y experiencias vividas en común, del deseo de trabajar juntos y de compartir materiales e ideas, y de una profunda convicción de que el libro de artista ocupará un lugar cada vez más destacado en la producción artística contemporánea y en la reflexión acerca del libro como objeto.

El cañón de Garibaldi hace referencia también al célebre cañonazo que se dispara todos los días desde el monumento a Garibaldi para indicar que son las doce en punto. Una costumbre instaurada en 1847 por el papa Pio IX para coordinar todas las horas de la ciudad. Un despertador y al mismo tiempo una señal de alerta.